Una de las aportaciones más importantes de Galileo
a la astronomía, fueron sus observaciones lunares y sus investigaciones sobre
los movimientos de nuestro satélite.Galileo se centraba en la mecánica y en el
movimiento de los cuerpos. Desde el primer momento en el que Galileo contempló
la Luna percibió con claridad que su
superficie no era lisa y no dudó en señalar la existencia de valles y montañas.
Contempló la Luna a lo largo de varios días constatando el movimiento
aparente del avance de luces y sombras sobre su superficie, recogiendo los
datos en “La gaceta sideral”.
Dibujos de la Luna hechos por Galileo |
Una de
las pruebas que Galileo utilizó para demostrar que la superficie de la Luna no
era lisa consistía en que el límite que divide la parte clara y la parte
oscura, no es uniforme. Otro aspecto que lo demostraba, es la existencia de
pequeñas zonas de luz en la superficie lunar aún en sombras lo que delata la
existencia de montañas. En cuanto a los cráteres, Galileo percibió, numerosas
manchas oscuras en la zona iluminada que tenían una particularidad: sus
contornos son muy luminosos y sus sombras van disminuyendo a medida que aumenta
la parte luminosa. Otro dato a tener en cuenta de la observación de los
cráteres es que la parte oscura de su interior siempre se hallaba orientada
hacia el lugar de la irradiación solar.
Pero a
Galileo le fascinó también la observación de los mares lunares. Dedujo que las
zonas que conformaban las grandes manchas estaban más deprimidas con respecto a
las tierras que la bordeaban y constató, que su superficie era más uniforme. En
cuanto a su tonalidad, dedujo que al contemplar los mares terrestres, éstos se
mostraban más oscuros a la luz del Sol que las zonas emergidas.
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